EL CABO DE GATA

El Cabo de Gata disfruta no sólo de 320 días de sol al año y una temperatura media anual de 18ºC, veranos cálidos pero nunca excesivamente calurosos, gracias a la brisa que siempre sopla proveniente del mar o de tierra adentro, sino también de una rica naturaleza aún salvaje, que le ha llevado a ser declarado reserva de la biosfera por parte de la UNESCO y de unas playas y calas de ensueño a lo largo de sus 50 km de costa acantilada mejor conservados del litoral mediterráneo español, que son el paraíso de los enamorados o de aquellos que buscan la soledad.

Gracias al efecto amortiguador del mar, que proporciona una humedad ambiental que compensa la escasez de lluvias, los amantes de la naturaleza se encontrarán con una de las mayores riquezas florísticas del continente europeo, entre ellas el palmito, única palmera autóctona europea, así como con más de 120 tipos de aves diferentes.

Todo ello sin olvidar el gran patrimonio histórico que el Cabo de Gata nos depara a través de la huella que distintas culturas ha ido dejando, desde fenicios y romanos, pasando por la multitud de torres vigías musulmanas y castillos defensivos, mandados construir en el siglo XVIII, a fin de proteger a los habitantes de las incursiones piratas, hasta llegar al gran número de ruinas de una industria minera ya abandonada.